En un momento de cuna, en mi memoria te veo con anhelo de recordar
¿Cuándo pronunciaste por primera vez mi nombre?
No tengo una foto tuya en tus brazos
Ni de cuantas canciones susurraste en mi oído tengo evocación
Cuantas veces me llevaste de la mano entre el gentío de la ciudad
Nunca sabré cuando dije tu nombre por primera vez
O cuando corrí por primera vez a tus brazos
Ni de cuantas veces te hice reír con mis locuras
Tengo un cofre secreto con tus tesoros:
Una nalgada recia con tu pasión por corregir mi desorden
Un tiempo de plática sincera en una esquina de una calle cualquiera
Una sonrisa a mis ilusiones viajeras
Un sweater de abrigo hecho de tus consejos profundos
Un libro negro usado por tus manos en tiempos de guerra
Platicas sin tiempo en un momento cualquiera
Tus manos levantadas al cielo dando las gracias cuando la lluvia era escasa
Un coro de tu voz empujando a salir a otros de su miseria
Tu mano extendida dando un poco de lo que a ti te faltaba
Tu lectura de diario en tu biblia del cuarto
Oraciones por ajenos que despreciaron lo santo por lo vano
Me despido de ti con respeto
No te puedo acompañar en este momento
Salúdame a los abuelos y todos los queridos a tu encuentro
Me hubiera gustado que te llevaras un regalo
Mole, café, tortillas, aguas de sabores ¡tus favoritas! dulces de leche, confeti de sabores
Te envió un beso en los tiempos
Que la eternidad no disipe nuestro encuentro
Te susurro una vez más que: ¡te amo!, que más te podría expresar
Eres para mí más que un recuerdo
Tu memoria he guardado en mi cofre de tesoros
Me quedo con lo mejor de lo tuyo
Te guardo tus regalos varios
Los envuelvo con listones de lágrimas
Trenzado con un moño hecho de los nombres de tu herencia
Nos vemos en la eternidad
Por el momento suelto tu mano
Guárdame un espacio para cuando llegue el tiempo
Te diré ¡hola! Y tú me dirás con alegría: ¡hijo, ha llegado el mañana!
Nos quedamos en donde esto debía de comenzar
Excelente carnal